Estoy totalmente de acuerdo, Julen. Me entristece especialmente tu reflexion de como unas unidades compiten contra otras para sobrevivir, perdiendo todo sentido de identidad comun. La sociedad líquida está arrancando de cuajo esas conexiones emocionales que tú tan bien describes en este post. A corto plazo parece una mala noticia, pero a largo podría ser (aunque soy más exceptico) un empujoncito para la transformación.
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